El pasado sábado 25 de noviembre, por iniciativa de la Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Navacerrada, hemos realizado una visita centrada en conocer el patrimonio tangible e intangible de la villa y su entorno, paseando también con la imaginación en la puesta del pasado.
Algunas de las historias que hemos compartido con los asistentes, se centraron en la evolución de Navacerrada desde sus orígenes hasta la actualidad. El pueblo empezó siendo una pequeña aldea de pastores en el sigo XII, para posteriormente jugar un papel importante como parte del territorio de caza del Real de Manzanares, mientras adquiría una posición estratégica en el Camino Real hacia la Granja de San Ildefonso. Vestigios de un pasado interesante que hoy en día han convertido a esta villa en uno de los referentes del ocio y la gastronomía en la Sierra de Guadarrama.
Mientras divagamos con nuestra mente por el pasado, hemos conocido de primera mano lo mejor que queda de su arquitectura tradicional en piedra; hemos recordado alguno de los viejos oficios de la zona como los gabarreros, los neveros o los fabriqueros de carbón vegetal, y hemos imaginado a las antiguas diligencias de caballos subiendo el puerto hasta que llegaron los primeros vehículos a motor y los primeros esquiadores a principios del siglo XX. Sin olvidarnos de las personas que venían a curarse al hospital de la Barranca y la primera burquesía intelectual que venía a disfrutar de la sierra, los primeros turistas rurales.
Navacerrada es un entorno privilegiado para entender la red de caminos históricos que conectaban las ciudades romanas de Titulcia y Segovia a través de Miaccum (Collado Mediano), y cómo han evolucionado. El día nos ha acompañado con un clima excelente y hemos terminado degustando unas cervezas, mientras pensamos en nuevas propuestas para seguir conociendo e interpretando el patrimonio de nuestro entorno.